ADN Platform presenta la exposición colectiva que bajo el sugerente epígrafe Real Beauty, reune a cinco artistas de distintas procedencias, perspectivas y miradas, pero que coinciden en un objetivo: poner en valor la belleza y la sensualidad en sus distintas y plurales propuestas.
Comisariada por Oriol Fontdevila, Real Beauty seguirá en display hasta el 9 de Noviembre en la galeria barcelonesa.
Real Beauty actúa como respuesta a las corrientes que durante el Siglo XX interpelaron al arte contemporáneo desde tendencias en las que no se concedía tregua alguna a las evocadoras imágenes preciosistas que invocaba la iconografía decimonónica.
A través de las obras de Kasper Bosmans, Jasmina Cibic, Lara Fluxà, Ella Littwitz y Rubén Verdú, la belleza y la sensualidad subyacen y renacen en esta exposición como una vieja cólera que resucita con todo su fulgor. Real Beauty funciona también como un dispositivo que proyecta nuevas perspectivas que rastrean y dotan de nuevos significados un realismo que eleva puentes entre los sujetos y los objetos.
La mallorquina Lara Fluxà, interviene para Real Beauty el gran ventanal de ADN Platform con su Fata Morgana (2019). Anteponiendo un conjunto de abultamientos vítreos que contienen agua en su interior, Fluxà consigue alterar la direccionalidad de algunos rayos de luz tal y como habitualmente atraviesan la ventana, generando un conjunto de fenómenos de refracción y difracción. La refracción está en la base de los espejismos de orden superior, los que se identifican como Fata morgana y que han sido históricamente objeto de fascinación humana.
El espejismo que genera Fluxà tiene que ver con la proyección invertida del exterior del recinto expositivo. La ventana es un elemento preferente entre los orientados a la domesticación y la naturalización de la mirada en el mundo occidental y las burbujas de cristal de Fluxà son una especie de aproximación difractiva que alcanza toda la exposición. Todo el trabajo de Fluxà con el vidrio proviene de una relación de intra-acción con el mundo, no tiene que ver con la distancia óptica que el vidrio tradicionalmente ha conferido a la mirada, sino con la consciencia material de los vínculos.
El artista venezolano con base en Barcelona Rubén Verdú presenta Curls (2018). Los caparazones de los caracoles son una de las pocas representaciones de la espiral que se encuentran en la naturaleza. La espiral es uno de los motivos ornamentales que más fascinación ha despertado a lo largo de la humanidad, se ha utilizado como atributo de poder, emblema de la sabiduría, representar el desarrollo del universo y la eternidad. En la espiral está el origen de la proporción áurea, establecido por el álgebra antigua y muy usada en arquitectura y arte. En Real Beauty Verdú bruñe los caracoles con pan de oro y los libera en el espacio expositivo para que deambulen y convivan con el resto de las obras.
La eslovena Jasmina Cibic presenta en Real Beauty su trabajo de ilustración The Flower Effect (2018) en la que por encargo de la artista, siete ilustradores científicos han dibujado hipotéticos cruces botánicos entre la llamada rosa Europa (creada en 1928) y los padres fundadores de la Unión Europea a los que también se han dedicado rosas –un repertorio exclusivamente masculino de políticos: la rosa Sir Winston Churchill (1955), la rosa Konrad Adenauer (1954), la rosa Jean Monnet (1988), la rosa Souvenir de Robert Schuman (1998), la rosa Mansholt (1966) la rosa Victor Hugo (1985), la rosa Mazzini (1925) y la rosa Natali (1981).
The Flower Effect es una exploración del uso ideológico que ha tenido la rosa a lo largo de la historia, en el que el deseo por la política se entrecruza con el apetito sexual —la rosa por lo general ha sido empleada como una alegoría femenina. Hasta el siglo XIX, la hibridación de rosas era un fenómeno espontáneo, siendo mediada únicamente por insectos polinizadores y la autopolinización. La polinización controlada destinada a crear nuevas variedades de rosa fue practicada sistemáticamente por el horticultor de Josefina Bonaparte, quién dispusode ejemplares de todas las variedades de rosa del mundo.
A Moon in Ramallah is a Star in Hebron (2017) es una serie de 17 bordados —en Real Beauty se exponen cuatro— de la artista isrealita Ella Littwitz, que ponen en juego las técnicas y los motivos tradicionales del bordado en Palestina. Los miembros de la asociación Afnan al-Galil, del pueblo palestino Arraba, han bordado los planos arqueológicos que las autoridades isrealitas han realizado de los 17 molinos de batán de Wadi Amud, en Galilea, un valle que concentró una de les industrias más florecientes de lana del Imperio Otomano.
Wadi Amud fue un importante foco de hibridación cultural, deviniendo el destino de beduinos y de otros flujos migratorios, como la población judía que fue expulsada de la Corona de Castilla y Aragón en 1492. La mayoría de los molinos estuvieron en activo hasta la deportación de sus propietarios palestinos al final de la Guerra árabe israelí de 1948. Los bordados conectan las ruinas de los molinos con el bordado palestino, donde los motivos ornamentales y los símbolos se entremezclan con motivos judíos y de otras procedencias árabes y europeas.
El artistadel belga Kasper Bosmans en en la pieza Stones (2014) ha construido una gran vitrina para disponer las 278 piedras que proceden de la molleja de un gallo de la raza orpington negro. A semajanza del trabajo Cibic, Bosmans presenta la modificación de la naturaleza en este caso animal por parte del ser humano.
La raza orptingon fue un invento del avicultor británico William Cook, que a finales del siglo XIX cruzó diferentes razas de gallina para conseguir una raza con una carne de calidad inaudita y que proporcionara gran cantidad huevos. En 1891, Joseph Partingon presentó con gran éxito la orptingon negra, que si bien resultaba de una calidad menor a su predecesora en lo que se refiere a la carne y los huevos, presentaba un denso plumaje que la ha convertido en el ave de espectáculo por excelencia.
Este homenaje a lo externo casi irreverente y libertario es, en cierta forma, una trampa taimada y circunspecta en la que podemos quedar atrapados al cruzar ese puente por el que sujetos y objetos se desean, intercambian roles e interaccionan a partir de los múltiples formatos desde los que podemos divisar esta nueva realidad.