Unos 1.150 kilos de cemento esconden la figura de Federico García Lorca en medio de una sala. El cuerpo hiperrealista del poeta, obra del artista conceptual Eugenio Merino, tan solo se puede atisbar por un pequeño agujero en la mole, convertida en un banco normal, sencillo, habitual en cualquier ciudad. Dentro, numerosos significados arrojan luz desde la oscuridad en un juego entre pasado, presente y futuro. “Banco Público”, tal y como se denomina esta intervención artística, se encuentra cargada del significado político que siempre acompañó a uno de los desaparecidos más reconocidos del mundo.
El 19 de septiembre, cualquier persona se podrá sentar en este peculiar banco. Bajo el asiento, se esconderá un símbolo, pero también la bandera de la memoria, la lucha contra los delitos de odio y la reivindicación que Lorca hizo a lo largo de su vida de una sociedad más libre e igualitaria. Estará en ADN Galería, en Barcelona, acompañado por la voz del actor Juan Diego Botto, quien pondrá una suerte de banda sonora a la pieza compuesta por lo que en su día dijo el granadino.
Lorca no es un extraño para Merino. Hace unos meses, el autor de este nuevo “contramonumento” ya utilizó la obra hiperrealista del poeta para su intervención artística en Madrid llamada “Ruina”. En ella, aparecía el cuerpo del escritor granadino bajo el suelo, parapetado únicamente por una plancha de cristal transparente y transitable. Ese cuerpo y no otro es el que ahora queda sepultado en cemento, tal y como está acreditado ante notario. “Aunque ahora Lorca queda completamente oculto, el banco es funcional. La idea es generar un espacio que cuestione nuestro pasado y nos haga pensar sobre los cimientos sobre los que se ha construido nuestro presente, en un momento en el que los discursos de odio van a más”, comenta el artista.
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