Un campo de concentración en pleno Montjuïc

La Vanguardia - Miquel Molina Muntané

De cuando en Montjuïc fueron internados en un 'CIE' migrantes del resto de España.

 

Cárceles dentro de una cárcel. Así puede definirse la obra que el artista visual ­Domènec presenta en Mataró Art Contemporani (MAC, la antigua prisión de la ciudad), durante la bienal de arte Manifesta.
Acompañado de las obras inquietantes de Eva Fàbregas y de piezas de la Fundación Han Nefkens, Domènec desarrolla en su exposición la idea de que el campo, “como dispositivo para retener y separar grupos enteros de población”, es un invento reciente (sitúa el origen a finales del XIX en Cuba) que en el siglo XX se propaga por Europa y llega hasta hoy, cuando, subraya, no hay ningún país que no disponga de estos lugares de excepción para retener a un grupo de población pese a no haber cometido delito alguno.
En una de las siniestras dependencias de la antigua prisión, Domènec ha colgado planos de campos de concentración de todo tipo, desde los del Holocausto hasta curiosidades como el pueblo para gitanos de Saliers Camargue, en Francia. Y, entre medio, un plano de la montaña barcelonesa de Montjuïc recién urbanizada con ocasión de la Exposición de 1929.
 
Domènec ha reconstruido de forma temporal el muro que separaba a las presas de los presos en la antigua cárcel del Mataró, como parte de su propuesta artística. El original se derribó cuando dejó de haber mujeres encarceladas. Pues bien, la obsesión por separar a los detenidos por sexos la compartían quienes habilitaron el palacio de Misiones como campo de internamiento de migrantes. Hombres y mujeres de una misma familia tenían que comunicarse por debajo de una gran cortina que dividía el pabellón.
 
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Octubre 11, 2024