Condensado en «Crier sur les toits”, una obra icónica que invita a los ciudadanos a ocupar las azoteas para expresarse, el trabajo de Jordi Colomer siempre busca ser participativo. Concebida como una ciudad, la importante retrospectiva que le dedica el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) también ofrece la oportunidad de reflexionar de manera más teórica sobre la trayectoria del artista catalán.
Conocíamos el trabajo de Jordi Colomer en Francia desde hace tiempo, pero especialmente desde su gran exposición del 2008 en el museo del Jeu de Paume. Por ello, se esperaba con entusiasmo una retrospectiva de envergadura sobre el trabajo del artista catalán, que finalmente le dedica el MACBA, bajo el comisariado de Martí Peran. Sus piezas más antiguas de principios de los años 90, se despliegan junto a las más recientes en una escenografía brillante, sin jerarquía donde se deambula sin fronteras o tratando de orientarse con un mapa, como si se recorriera una ciudad desconocida.
Entre las obras icónicas que se exponen están “Anarchitekton” (2002-2004), donde un personaje lleva literalmente edificios al final de una vara de madera por ciudades como Barcelona, Bucarest, Brasilia y Osaka, “Crier sur les toits” (2011) que propone a los ciudadanos ocupar las azoteas para expresarse; y su coche con un neón que dice “No? Future!” imaginado para la ciudad del Le Havre (Francia) en 2006. Estas piezas icónicas conviven con más de cincuenta otras instalaciones, maquetas, vídeos, performances y proyectos igualmente estimulantes, que abordan con humor e ironía temas profundos como el nomadismo, la periferia, la comunidad, la ficción y los limites de la utopía.
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