Dom Kommuna: Domènec

Resumen

Al instalar las miniaturas en un contexto incómodo -en un entorno natural o en precario equilibrio sobre muebles domésticos-, se proyecta una sombra.

Las miniaturas de Narkomfin, Casa Bloc y Unité d’Habitation son, en primer lugar, miniaturas de miniaturas. Son reconstrucciones de viejas promesas apenas cumplidas. La historia apenas les dio la oportunidad de convertirse en algo más que una suave simulación. Su reaparición opera como una especie de nueva casualidad, una puesta en escena renovada de las intenciones originales que yacen debajo y dentro de ellos. Claramente, al instalar las miniaturas en un contexto incómodo -en un entorno natural o en precario equilibrio sobre muebles domésticos-, se proyecta una sombra. Esta sombra cuestiona y oscurece las pretensiones idealistas modernas. Pero esta observación obvia no es una cuestión fundamental. Si las interpretamos a través de una lente barthesiana, estas miniaturas plantean el imperativo de su actualización. No cierran utopías habitacionales: nos muestran la necesidad de experimentar con la convivencia. Otra vez.

Vistas de instalación