Todo el mundo habla del tiempo. Nosotros no: Alán Carrasco

Apunta el historiador Enzo Traverso en su Melancolía de izquierda (2019) que, tras la caída del Muro de Berlín –a la que reconoce como el fin de la utopía-, aquellos que habían participado de los movimientos revolucionarios en los años sesenta y setenta dieron con una visión triste de la historia que se remontaba a las derrotas de los años treinta. Así, la implantación total del capitalismo habría dado lugar a una suerte de “melancolía política” marcada por la frustración y la ausencia de nuevos proyectos emancipadores. Esta melancolía es la que planea a lo largo de esta exposición, para agrupar un cuerpo de obra que transita desde la ironía hasta la gravedad, en relación a los procesos de cambio en la historia europea reciente.

A través de una docena de piezas de naturaleza heterogénea –vídeo, instalación, escultura y pintura–, el artista propone una mirada crítica sobre algunos procesos políticos en la Europa de la última mitad del siglo XX. El análisis de dichos procesos sirve a Carrasco para cuestionar, como viene siendo habitual en su trabajo, las estrategias con las que se ensamblan y construyen los relatos que pasan a conformar la historia oficial.

El título de la muestra, Todo el mundo habla del tiempo. Nosotros no, tiene su origen en una acción de la Federación Socialista Alemana de Estudiantes en los años 60 cuando, apropiándose del conocido lema de una campaña publicitaria, intentaban alertar a la población de la necesidad de hablar sobre los temas que son realmente importantes.
Bajo esta metáfora, la exposición reúne una serie de obras articuladas principalmente en torno a cuatro bloques, con inesperados puntos de fuga y cruces entre ellos: La Transición española (1975 - 1982); la violencia sociopolítica alemana de los años 70 (desde el inicio armado de la RAF hasta la escalada de 1977 conocida como el “Otoño alemán”); y los Anni di piombo (Años de plomo) en Italia entre 1969 y finales de 1980. De manera transversal a todos ellos aparece el foquismo: una estrategia de combate guerrillero que, en su intento de implantarse en Europa, llevaría a sus artífices a la derrota.
De esta manera, el artista pone el foco en conexiones invisibles para abrir la posibilidad a relatos alternativos con los que invitarnos a repensar y cuestionar el relato hegemónico. Con este proyecto, en definitiva, Alán Carrasco muestra una visión interconectada de la historia donde casualidad y causalidad nos conducen a ese camino de melancolía política que discurre en el tránsito entre la utopía y la memoria.