"La estrecha correspondencia que existe entre arte y poder ha motivado que, en ciertos sectores, se haya considerado el arte moderno y contemporáneo y a sus estructuras como expresiones culturales del capitalismo. Se asocia modernidad con un conjunto de prácticas institucionales burocratizadas, con una estructura predeterminada de las disciplinas y funciones sociales, así como de la colonización del mundo no europeo. De ello se deriva la siguiente conclusión necesaria: solo la cancelación de la modernidad podría traer consigo el fin del capitalismo."1
1 BORJA-VILLEL, MANUEL. Campos magnéticos. Escritos de arte y política. Barcelona, ATMARCA-DIA, 2020. Pag. 253
2 GROYS, BORIS. La lógica de la colección y otros ensayos. Barcelona, ARCADIA, 2021. Pag. 12.
3 BUCHLOH, BENJAMIN. Formalismo e historicidad. Modelos y métodos en el arte del siglo XX. Madrid, Akal, 2004. Pag. 19.
4 GASOL, DANIEL. Arte (in) útil. Sobre cómo el capitalismo desactiva la cultura. Barcelona, Rayo verde, 2021. Pág. 142.
5 GROYS, BORIS. Op. cit. 2 Pág. 60.
6 VINDEL, JAIME. Entropía, Capital y malestar. Una historia cultural. Comunismos por venir. Barcelona, Arcadia, 2019. Pág. 159.
7 GARCÉS, MARINA. Un mundo común. Barcelona, ediciones Bellaterra, cop. 2013.
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